... Silencio. ¡Cuántos acontecimientos nocivos podrían evitarse si se hablara a tiempo! Lo advirtió Martín Luther King: “Nuestras vidas empiezan a acabarse el día que guardamos silencio sobre las cosas que realmente importan”. En el pasado español, Quevedo “No he de callar por más que con el dedo...” y Garcilaso de la Vega “Yo que tanto callar ya no podía”... expresaron el deber de hablar. En mi experiencia –lo he comentado en muchas ocasiones– hay un silencio peor que el de los silenciados, de los que no hablan porque no pueden o no saben: es el silencio de los silenciosos, de los que callan pudiendo y debiendo hablar. (…)
Que las generaciones que llegan a un paso de nosotros no nos acusen de silencio cuando tan perentoria es nuestra voz. En pie de paz, infatigables en la resistencia, a favor de la democracia auténtica. Que nunca puedan decirnos: “Esperábamos vuestra voz. Y no llegó”. El silencio puede llegar a ser delito.
Que las generaciones que llegan a un paso de nosotros no nos acusen de silencio cuando tan perentoria es nuestra voz. En pie de paz, infatigables en la resistencia, a favor de la democracia auténtica. Que nunca puedan decirnos: “Esperábamos vuestra voz. Y no llegó”. El silencio puede llegar a ser delito.
Federico Mayor Zaragoza
Vídeo de Amnistía Internacional
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